domingo, 25 de diciembre de 2011

Loca


Loca

La noche, que es siempre ambigua,
          te enfurece -color
de ginebra mala, son
          tus ojos unas bichas. 
 Yo sé que vas a romper
           en insultos y en lágrimas
histéricas. En la cama,
           luego, te calmaré
 con besos que me da pena
           dártelos. Y al dormir
te apretarás contra mí
           como una perra enferma. 

                                                                               Jaime Gil de Biedma



                                       "Para saber de amor, para aprenderle,
                         haber estado solo es necesario..."



  
 



 

viernes, 16 de diciembre de 2011

"El erizo"

Quiero dejar muestra aquí de unas bellas palabras que aparecen en la versión cinematográfica de la novela La elegancia del erizo de Muriel Barbery, "El erizo" (http://www.filmaffinity.com/es/film239384.html), la cual, recomiendo.




"La señora Michelle, me recuerda a un erizo.
Por fuera está cubierta de pinchos.
Es una fortaleza. 
Pero por dentro es tan refinada,
como ese animal engañosamente indolente, tremendamente solitario y terriblemente elegante."



 

martes, 6 de diciembre de 2011

Un sueño

Un sueño

Cierta vez un sueño tejió una sombra
sobre mi cama que un ángel protegía:
era una hormiga que se había perdido
por la hierba donde yo creía que estaba.

Confundida, perpleja y desesperada,
oscura, cercada por tinieblas, exhausta,
tropezaba entre la extendida maraña,
toda desconsolada, y le escuché decir:
"¡Oh, hijos míos! ¿Acaso lloran?
¿Oirán cómo suspira su padre?
¿Acaso rondan por ahí para buscarme?
¿Acaso regresan y sollozan por mí?"

Compadecido, solté una lágrima;
pero cerca vi una luciérnaga,
que respondió: "¿Qué quejido humano
convoca al guardián de la noche?

Me corresponde iluminar la arboleda
mientras el escarabajo hace su ronda:
sigue ahora el zumbido del escarabajo;
pequeña vagabunda, vuelve pronto a casa."


                                                                                                                  William Blake

sábado, 12 de noviembre de 2011

Volver

Sin saber por qué, has vuelto,
y miras la tarde soleada: la misma enredadera verde,
las flores junto al muro, la verja de hierro carcomido,
el amarillo pálido de la pared gastada.
Has vuelto como si estuvieras todavía
bajo el antiguo hechizo,
como si en algo te parecieras
todavía a ti (hubo un tiempo de minuciosa eternidad
en el que tu corazón, alborozado huésped
de la vida, nada sabía de lo que hoy sabe).

Arrastrando la hojarasca
de los años pisados, los errores, el cansancio
y el dolor de páginas ciegas, has vuelto
para descubrir cuánto dura lo que creías eterno
y encontrar un raro consuelo; soñar que ni siquiera existes
a la orilla de esta tarde sin sentido y perfecta.

                                                                                            Ángeles Carbajal

jueves, 3 de noviembre de 2011

Tocadiscos

Se enamoró de él con esa canción.
Esas notas agudas sobre los graves de un pesado contrabajo.

La canción misma que ahora sonaba en aquel viejo tocadiscos
que el antiguo inquilino olvidó en el apartamento de techos altos.

Bailaban abrazados, el uno sobre el otro. No había nada más.
Una mujer, un hombre, y aquel viejo tocadiscos.

(1 junio 2011)

                                                                                           Ana García García

jueves, 20 de octubre de 2011

Alma mía! Alma mía! Raíz de mi sed viajera

Alma mía! Alma mía! Raíz de mi sed viajera,
gota de luz que espanta los asaltos del mundo.
Flor mía. Flor de mi alma. Terreno de mis besos.
Campanada de lágrimas. Remolino de arrullos.
Agua viva que escurre su queja entre mis dedos.
Azul y alada como los pájaros y el humo.
Te parió mi nostalgia, mi sed, mi ansia, mi espanto.
Y estallaste en mis brazos como en la flor el fruto.

Zona de sombra, línea delgada y pensativa.
Enredadera crucificada sobre un muro.
Canción, sueño, destino. Flor mía, flor de mi alma.
Aletazo de sueño, mariposa, crepúsculo.

En la alta noche mi alma se tuerce y se destroza.
La castigan los látigos del sueño y la socavan.
Para esta inmensidad ya no hay nada en la tierra.
Ya no hay nada.
Se revuelven las sombras y se derrumba todo.
Caen sobre mis ruinas las vigas de mi alma.

No lucen los luceros acerados y blancos.
Todo se rompe y cae. Todo se borra y pasa,
Es el dolor que aúlla como un loco en un bosque.
Soledad de la noche. Soledad de mi alma.
El grito, el alarido. Ya no hay nada en la tierra!
La furia que amedrenta los cantos y las lágrimas.
Sólo la sombra estéril partida por mis gritos.
Y la pared del cielo tendida contra mi alma!

Eres. Entonces eres y te buscaba entonces.
Eres labios de beso, fruta de sueños, todo.
Estás, eres y te amo! Te llamo y me respondes!
Luminaria de luna sobre los campos solos.
Flor mía, flor de mi alma, qué más para esta vida!
Tu voz, tu gesto pálido, tu ternura, tus ojos.
La delgada caricia que te hace arder entera.
Los dos brazos que emergen como juncos de asombro.
Todo tu cuerpo ardido de blancura en el vientre.
Las piernas perezosas. Las rodillas. Los hombros.
La cabellera de alas negras que van volando.
Las arañas oscuras del pubis en reposo.
                 
                                                                                             Pablo Neruda

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Lisboa en el recuerdo

Isto

Dizem que finjo ou minto
Tudo que escrevo. Não.
Eu simplesmente sinto
Com a imaginação.
Não uso o coração.

Tudo o que sonho ou passo,
O que me falha ou finda,
É como que um terraço
Sobre outra coisa ainda.
Essa coisa é que é linda.

Por isso escrevo em meio 
Do que não está de pé,
Livre do meu enleio,
Sério do que não é.
Sentir? Sinta quem lê! 

                                       Fernando Pessoa
 
 
 
 
Esto

  
Dicen que pretendo o miento
En cuanto escribo. No hay tal cosa.
Simplemente
Siento imaginando.
No uso las cuerdas del corazón.

  
Todo cuanto sueño o pierdo,
Que pronto cae o muere en mí,
Es como una terraza que mira
Hacia otra cosa más allá.
Esa cosa me arrastra.

  
Y así escribo en medio
De las cosas no junto a mis pies,
Libre de mi propia confusión,
preocupado por cuanto no es.
Sentir?  Dejemos al lector sentir!

  

                                               Versión de Rafael Díaz Borbón 

domingo, 21 de agosto de 2011

BALADA INTERIOR

Balada interior.

El corazón,
Que tenía en la escuela
Donde estuvo pintada
La cartilla primera,
¿Está en ti,
Noche negra?

(Frío, frío,
Como el agua
Del río.)

  El primer beso
Que supo a beso y fue
Para mis labios niños
Como la lluvia fresca,
¿Está en ti,
Noche negra?

  (Frío, frío
Como el agua
Del río.)

  Mi primer verso.
La niña de las trenzas
Que miraba de frente
¿Está en ti,
Noche negra?

  (Frío, frío,
Como el agua
Del río,)

  Pero mi corazón
Roído de culebras,
El que estuvo colgado
Del árbol de la ciencia,
¿Está en ti,
Noche negra?

  (Caliente, caliente,
Como el agua
De la fuente.)

Mi amor errante,
Castillo sin firmeza,
De sombras enmohecidas,
¿Está en ti,
Noche negra?

  (Caliente, caliente,
Como el agua
De la fuente.)

  ¡Oh, gran dolor!
Admites en tu cueva
Nada más que la sombra.
¿Es cierto,
Noche negra?

  (Caliente, caliente,
Como el agua
De la fuente.)

  ¡Oh, corazón perdido!
¡Réquiem aeternam!


                                                                         Federico García Lorca

martes, 26 de julio de 2011

Vencimos


Tuvo muchos nombres y apellidos,
muchos rostros y voces.
Hubo llanto. El dolor más absoluto,
aquel que nace de la muerte de quien amas.

Corrimos agarrados de las manos
sin tener muy clara la dirección.
Bailamos al son de la misma música,
y peleamos con distintos intereses.

Se encontró el mar con las montañas,
se encontraron las naciones y los países, y
luchamos porque fuera único y eterno,
luchamos para que no nos lo quitaran.

Vencimos. Vencimos la no guerra del amor.


                                                                                                  Ana García García

sábado, 2 de julio de 2011

Umberto Saba

Tre momenti
 
Di corsa usciti a mezzo il campo, date
prima il saluto alle tribune. Poi,
quello che nasce poi,
che all'altra parte rivolgete, a quella
che più nera si accalca, non è cosa
da dirsi, non è cosa ch'abbia un nome.
 
Il portiere su e giù cammina come
sentinella. Il pericolo
lontano è ancora.
Ma se in un nembo s'avvicina, oh allora
una giovane fiera si accovaccia
e all'erta spia.
 
Festa è nell'aria, festa in ogni via.
Se per poco, che importa?
Nessun'offesa varcava la porta,
s'incrociavano grida ch'eran razzi.
La vostra gloria, undici ragazzi,
come un fiume d'amore orna Trieste

                                                                                                            Umberto Saba

Tres momentos
 
De carrera salís al centro del terreno,
a las tribunas saludáis primero.
Luego, lo que después
sucede -que os volvéis a la otra parte,
la que más negra hierve-, no se puede
decir, es algo que no tiene nombre.

El portero pasea arriba y abajo
como un centinela.
El peligro está lejos aún.
Pero si un torbellino lo acerca, oh, entonces
una fiera joven se agazapa
y alerta espía.

Fiesta en el aire, en cada calle fiesta.
Si dura poco, ¡qué importa!
Ni una ofensa pasó nuestra puerta,
los gritos se cruzaban como rayos.
Y vuestra gloria, once muchachos,
Como un río de amor adorna a Trieste

Versión de Jesús López Pacheco


                                                                                                               Umberto Saba

.

domingo, 26 de junio de 2011

EL SUEÑO DE UNA NOCHE DE VERANO

Donde está la magia.




[...]


ROBIN.  ¿Qué hay, espíritu? ¿Dónde te encaminas?

HADA. Por valle y collado,
por soto y brezal,
por parque y cercado,
por fuego y por mar.
Por doquier me muevo presta,
como la luna en su esfera.
A mi Hada Reina sirvo
y en la hierba formo círculos.
Sus guardianas son las prímulas:
sus mantos dorados brillan
de rubíes, don de hadas;
vive en ellos su fragancia.
Traeré gotas de rocío, por prenderlas
en la oreja de estas flores como perlas.
Adiós, espíritu burdo; ya te dejo.
Nuestra reina se aproxima con sus elfos.


ROBÍN.    Esta noche el rey aquí tiene fiesta;
procura que no se encuentre a la reina:
Oberón está cegado de ira,
porque ella ha robado a un rey de la India
un hermoso niño que será su paje;
Oberón, celoso, quiere la criatura
para su cortejo, aquí, en la espesura.
Mas ella a su lindo amado retiene,
lo adorna de flores, lo hace su deleite.
Y ya no se ven en prado o floresta,
junto a clara fuente, bajo las estrellas,
sin armar tal riña que los elfos corren
y en copas de bellotas todos se esconden.


HADA.  Si yo no confundo tu forma y aspecto,
tú eres el espíritu bribón y travieso
que llaman Robín. ¿No eres tú, quizá?
¿Tú no asustas a las mozas del lugar,
trasteas molinillos, la leche desnatas,
haces que no saquen manteca en las casas
o que la cerveza no levante espuma,
se pierda el viajero de noche, y te burlas?
A los que te llaman «el trasgo» y «buen duende»
te agrada ayudarles, y ahí tienen suerte.
¿No eres el que digo?


ROBÍN.   Muy bien me conoces:
yo soy ese alegre andarín de la noche.
Divierto a Oberón, que ríe de gozo
si burlo a un caballo potente y brioso
relinchando a modo de joven potrilla.
Acecho en el vaso de vieja cuentista
en forma y aspecto de manzana asada;
asomo ante el labio y, por la papada,
cuando va a beber, vierto la cerveza.
Al contar sus cuentos, esta pobre vieja
a veces me toma por un taburete:
le esquivo el trasero, al suelo se viene,
grita «¡Qué culada!», y tose sin fin.
Toda la compaña se echa a reír,
crece el regocijo, estornudan, juran
que un día tan gracioso no han vivido nunca.
Pero aparta, hada: Oberón se acerca.


HADA.  Y también mi ama. ¡Ojalá él se fuera!




                                                                         William Shakespeare



No perdáis la oportunidad de leer esta maravilla de obra.

domingo, 19 de junio de 2011

un poco de James Joyce

Nueve meses viviendo en una ciudad que Joyce amó, y ni una sola mención, no puede ser.

                                                                       Poema XV

Sal, mi alma, de los helados sueños,
Del profundo sueño del amor y de la muerte,
Pues ¡mira! de suspiros se llenan los árboles
Cuyas hojas reprende la mañana.
Domina al este la gradual aurora
Donde brotan suaves fuegos,
Agitando aquellos velos
De gris telaraña de oro.
Mientras dulce, gentil, secretamente,
Repican las campanas de flores matinales
Y el sabio coro de hadas
Empieza (¡innúmero!) a escucharse. 


                                                                                                                                
                                                                                                            James Joyce

jueves, 9 de junio de 2011

BODAS DE SANGRE

[...]

CRIADA.-No. Hace rato llegó Leonardo con su mujer. Corrieron como demonios. La mujer llegó muerta de miedo. Hicieron el camino como si hubieran venido a caballo.
 

PADRE.-Ése busca la desgracia. No tiene buena sangre.
 

MADRE. ¿Qué sangre va a tener? La de toda su familia. Mana de su bisabuelo, que empezó matando, y sigue en toda la mala ralea, manejadores de cuchillos y gente de falsa sonrisa.
 

PADRE.-¡Vamos a dejarlo!
 

CRIADA.- ¿Cómo lo va a dejar?
 

MADRE.-Me duele hasta la punta de las venas. En la frente de todos ellos yo no veo más que la mano con que mataron a lo que era mío. ¿Tú me ves a mí? ¿No to parezco loca? Pues es loca de no haber gritado todo lo que mi pecho necesita. Tengo en mi pecho un grito siempre puesto de pie a quien tengo que castigar y meter entre los mantos. Pero se llevan a los muertos y hay que callar. Luego la gente critica. (Se quita el manto.)
 

PADRE.-Hoy no es día de que to acuerdes de esas cosas.
 


MADRE.-Cuando sale la conversación, tengo que hablar. Y hoy más. Porque hoy me quedo sola en mi casa.
 

PADRE.-En espera de estar acompañada.
 

MADRE. - Ésa es mi iilusión: los nietos. (Se sientan.)
 

PADRE.-Yo quiero que tengan muchos. Esta tierra necesita brazos que no sean pagados. Hay que sostener una batalla con las malas hierbas, con los cardos, con los pedruscos que salen no se sabe dónde. Y estos brazos tienen que ser de los dueños, que castiguen y que dominen, que hagan brotar las simientes. Se necesitan muchos hijos.
 

MADRE.-¡Y alguna hija! ¡Los varones son del viento! Tienen por fuerza que manejar armas. Las niñas no salen jamás a la calle.
 

PADRE.-(Alegre.) Yo creo que tendrán de todo.
 

MADRE.-Mi hijo la cubrirá bien. Es de buena simiente. Su padre pudo haber tenido conmigo muchos hijos.
 

PADRE.-Lo que yo quisiera es que esto fuera cosa de un día. Que en seguida tuvieran dos o tres hombres.
 

MADRE.-Pero no es así. Se tarda mucho. Por eso es tan terrible ver la sangre de una derramada por el suelo. Una fuente que corre un minuto y a nosotros nos ha costado años. Cuando yo llegué a ver a mi hijo, estaba tumbado en mitad de la calle. Me mojé las manos de sangre y me las lamí con la lengua. Porque era mía. Tú no sabes lo que es eso. En una custodia de cristal y topacios pondría yo la tierra em-papada por ella.
 

PADRE.-Ahora tienes que esperar. Mi hija es ancha y tu hijo es fuerte.
 

MADRE.-Así espero. (Se levantan.)

[...]

                                                                                               Bodas de Sangre, Federico García Lorca


Hace tres años, yo tuve la suerte de ser la madre. No dejéis de leer la obra completa, pura poesía.

domingo, 5 de junio de 2011

un poquito más de aquella manera...

Que el tiempo pasa es algo que no se puede discutir, lo sentimos en nuestro cuerpo. 

En nuestro rostro, antes brillante de niñez.
En nuestras piernas, cada vez más perezosas de largos caminos.
En nuestra espalda, que ya no admite pesadas cargas...

Pero en el único sitio donde el corto paso del tiempo no hace mella,
sino que lo engorda y fortalece de forma espléndida,
es en nuestro recuerdo.

En los recuerdos que tenemos almacenados y los que las personas que queremos tienen de nosotros.
Nuestros recuerdos son nuestra sabiduría, nuestro conocimiento, nuestro amor. 

Que pasen cien más, y que seamos cada vez más sabios.


                                                                                             Ana García García

martes, 31 de mayo de 2011

La visita

La visita

Pasada la hora de las ignominias
los viejos apagaron con tierra las fogatas
las mujeres y niños recogieron las tiendas
los hombres empuñaron el fusil.

La ruta del desierto fue muy dura:
se abrieron paso a tiros en medio de la noche
para no ser esclavos para no ser vendidos
igual que reses en su propio hogar.

Hoy con su pueblo a salvo los guerreros
han vuelto al territorio de la casa invadida
y el enemigo sabe que si alcanza un momento
a ver sus rostros es que va a morir.

¡Oh tú que me censuras pues no escribo
de dioses y me exalto por cosas de la tierra !
conoce a estos hombres: como los inmortales
luchan ardiendo por su libertad.
   


                                                                                                                        José Agustín Goytisolo

miércoles, 25 de mayo de 2011

El ángel tonto

Ese ángel,
ése que niega el limbo de su fotografía
y hace pájaro muerto
su mano.
Ese ángel que terne que le pidan las alas,
que le besen el pico,
seriamente,
sin contrato.
Si es del cielo y tan tonto,
¿por qué en la tierra? Dime.
Decidme.
No en las calles, en todo,
indiferente, necio,
me lo encuentro.
¡El ángel tonto!
¡Si será de la tierra!
-Sí, de la tierra sólo.
El ángel del misterio
Un sueño sin faroles y una humedad de olvidos,
pisados por un nombre y una sombra.
No sé si por un nombre o muchos nombres,
si por una sombra o muchas sombras.
Reveládmelo.
Sé que habitan los pozos frías voces,
que son de un solo cuerpo o muchos cuerpos,
de un alma sola o muchas almas.
No sé.
Decídmelo.
Que un caballo sin nadie va estampando
a su amazona antigua por los muros.
Que en las almenas grita, muerto, alguien
que yo toqué, dormido, en un espejo,
que yo, mudo, le dije...
No sé.
Explicádmelo. 

  


                                                                                Rafael Alberti



domingo, 15 de mayo de 2011

CANTAR DE LOS CANTARES DE SALOMÓN

 
  La esposa y las hijas de Jerusalén. 

Cantar de los cantares, el cual es de Salomón.

  
¡Oh, si él me besara con besos de su boca!  
Porque mejores son tus amores que el vino.
A más del olor de tus suaves ungüentos, 
Tu nombre es como ungüento derramado;  
Por eso las doncellas te aman.   
Atráeme; en pos de ti correremos. 
El rey me ha metido en sus cámaras;  
Nos gozaremos y alegraremos en ti;
   Nos acordaremos de tus amores más que del vino; 
  Con razón te aman
 Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable
   Como las tiendas de Cedar,  
Como las cortinas de Salomón.
 No reparéis en que soy morena, 
  Porque el sol me miró.  
Los hijos de mi madre se airaron contra mí;  
Me pusieron a guardar las viñas;  
Y mi viña, que era mía, no guardé.
 Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma,  
Dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía;  
Pues ¿por qué había de estar yo como errante 
  Junto a los rebaños de tus compañeros?  
Si tú no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres,  
Ve, sigue las huellas del rebaño,  
Y apacienta tus cabritas junto a las cabañas de los pastores.

viernes, 6 de mayo de 2011

WHEN WE TWO PARTED

CUANDO NOS SEPARAMOS... / WHEN WE TWO PARTED...



When we two parted
In silence and tears,
Half broken-hearted
To sever for years,
Pale grew thy cheek and cold,
Colder thy kiss;
Truly that our foretold
Sorrow to this.
                           
The dew of the morning
Sunk chill on my brow -
It felt like the warning
Of what I feel now.
Thy vows are all broken,
And light is thy fame;
I hear thy name spoken,
And share in its shame.
They name thee before me,
A knell to mine ear;
A shudder comes o'er me -
Why wert thou so dear?
They know not I knew thee,
Who know thee too well: -
Long, long shall I rue thee,
Too deeply to tell.
In secret we met -
In silence I grieve,
That thy heart could forget,
Thy spirit deceive.
If I should meet thee
After long years,
How should I greet thee! -
With silence and tears.
                            

Cuando nos separamos
En silencio y con lágrimas,
Con el corazón medio roto,
Para apartarnos por años,
Tu mejilla se volvió pálida y fría,
Y más frío tu beso;
En verdad aquella hora predijo
El dolor de esta.                


          
El rocío de la mañana
Se hundió gélido en mi frente -
Se sintió como el anuncio
De lo que siento hoy.
Todos tus votos están rotos,
Y ligera es tu fama;
Escucho decir tu nombre,
Y comparto su vergüenza.
Te nombran frente a mí,
Un toque lúgubre en mi oído;
Un estremecimiento viene a mí -
¿Por qué te quise tanto?
No saben que te conocí,
Aquellos que te conocen demasiado bien: -
Por mucho, mucho tiempo he de arrepentirme de tí,
Demasiado hondo como para expresar.
En secreto nos encontramos -
En silencio me lamento,
De que tu corazón pudiese olvidar,
Tu espíritu engañar.
Si llegara a encontrarte
Tras largos años,
¡Cómo habría de saludarte! -
Con silencio y lágrimas.



                                                                                                           Lord Byron                                                                                       .

miércoles, 4 de mayo de 2011

LA MADRE

La madre

¿Has visto alguna vez a tu vieja madre
en el instante en que te hace la cama
desdoble, extiente, alisa y acaricia la sábana
para que no quede en ella ni una sola arruga que pueda molestarte?

Su aliento, el gesto de su mano
son tan cariñosos que, una vez pasados,
continúan apagando el incendio de Persépolis
y, presentes, han aplacado alguna futura tempestad
en el Mar de la China o en otro hasta hoy desconocido...

                                   
                                                                                    Vladimir Holan

lunes, 2 de mayo de 2011

Yo me entiendo

 “Amar por ver amar, envidia ha sido;
y primero que amar estar celosa
es invención de amor maravillosa,
y que por imposible se ha tenido.

De los celos mi amor ha procedido
por pesarme que, siendo más hermosa,
no fuese en ser amada tan dichosa,
que hubiese lo que envidio merecido.

Estoy sin ocasión desconfïada,
celosa sin amor, aunque sintiendo:
debo de amar, pues quiero ser amada.

Ni me dejo forzar ni me defiendo;
darme quiero a entender sin decir nada:
entiéndame quien puede; yo me entiendo.”

El perro del hortelano. Lope de Vega.

miércoles, 27 de abril de 2011

Dormir...

Se lo dedico a quién me lo dedicó.

DORMIR

¡Yo lo que tengo, amigo, es un profundo
deseo de dormir!... ¿Sabes?: el sueño
es un estado de divinidad.
El que duerme es un dios... Yo lo que tengo,
amigo, es gran deseo de dormir.

El sueño es en la vida el solo mundo
nuestro, pues la vigilia nos sumerge
en la ilusión común, en el océano
de la llamada «Realidad». Despiertos
vemos todos lo mismo:
vemos la tierra, el agua, el aire, el fuego,
las criaturas efímeras... Dormidos
cada uno está en su mundo,
en su exclusivo mundo:
hermético, cerrado a ajenos ojos,
a ajenas almas; cada mente hila
su propio ensueño (o su verdad: ¡quién sabe!)

Ni el ser más adorado
puede entrar con nosotros por la puerta
de nuestro sueño. Ni la esposa misma
que comparte tu lecho
y te oye dialogar con los fantasmas
que surcan por tu espíritu
mientras duermes, podría,
aun cuando lo ansiara,
traspasar los umbrales de ese mundo,
de tu mundo mirífico de sombras.

¡Oh, bienaventurados los que duermen!
Para ellos se extingue cada noche,
con todo su dolor el universo
que diariamente crea nuestro espíritu.
Al apagar su luz se apaga el cosmos.

El castigo mayor es la vigilia:
el insomnio es destierro
del mejor paraíso...

Nadie, ni el más feliz, restar querría
horas al sueño para ser dichoso.
Ni la mujer amada
vale lo que un dormir manso y sereno
en los brazos de Aquel que nos sugiere
santas inspiraciones. ..
«El día es de los hombres; mas la noche,
de los dioses», decían los antiguos.

No turbes, pues, mi paz con tus discursos,
amigo: mucho sabes;
pero mi sueño sabe más... ¡Aléjate!
No quiero gloria ni heredad ninguna:
yo lo que tengo, amigo, es un profundo
deseo de dormir...

                                                                          Amado Nervo

martes, 26 de abril de 2011

Ubi Nullus Ordo, Sed Perpetuus Horror

Es terrible vivir porque es necesario quedarse
en la espantosa realidad de estos años...
Sólo el suicida cree que puede salir por puertas
que no están sino pintadas en la pared...
No hay menor indicio de que vaya a venir el Paracleto...


Me duele el corazón por la poesía...