La    visita
   
   Pasada la hora de las ignominias
   los viejos apagaron con tierra las fogatas
   las mujeres y niños recogieron las tiendas
   los hombres empuñaron el fusil.
   
   La ruta del desierto fue muy dura:
   se abrieron paso a tiros en medio de la noche
   para no ser esclavos para no ser vendidos
   igual que reses en su propio hogar.
   
   Hoy con su pueblo a salvo los guerreros
   han vuelto al territorio de la casa invadida
   y el enemigo sabe que si alcanza un momento
   a ver sus rostros es que va a morir.
   
   ¡Oh tú que me censuras pues no escribo
   de dioses y me exalto por cosas de la tierra !
   conoce a estos hombres: como los inmortales
   luchan ardiendo por su libertad.
   
                                                                                                                        José Agustín Goytisolo 
 
En Madrid nos acordamos de ti. A ver si vuelves :)
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